sábado, 11 de marzo de 2023

Alegría y viceversa

ALEGRÍA Y VICEVERSA 


Alegría. Martes y sábados.

Por la mañana. 

O los miércoles y los lunes por la noche.

Cualquier día de la semana y a la hora que sea;

el caso es nadar.

Mojarse hasta los huesos,

que el agua entre en las orejas y terminar con la piel de  los dedos arrugadita arrugadita.

Me sumerjo lento si está tibia el agua,

o me aviento de boma si desconozco la temperatura,

y cuando nadie me ve;

práctico los clavados.

El caso es nadar.

Sentir que estás volando,

ejercitar la respiración y retarme a mí mismo.

Como pez en el agua, dice el refrán,

como alga en el mar y concha bajo el sol;

el caso es nadar.

Alberca techada o broncearte bajo los rayos del sol,

vivir la vida plena:

sabiendo que la vives en azul,

sabiendo que estás mojado y es verano. 


Viceversa. La neta si esta cabrón.

Más los sábados a las ocho de la mañana,

o los lunes que es día libre pero igual hay que asistir.

Y es que la disciplina es así nomás:

que te exige y exige más,

hasta cuando lo divertido deja de serlo.

Por ejemplo en las noches, 

cuando el agua está más fría y hay vas,

de todos modos te sumerges y hasta te estremeces…

Cabrón, nadar de a solo…

sí está pesado, te digo.

Imaginate nomas, tipo el meme:

“que vas a saber tú de soledad si no aprendiste a nadar antes de ahogarte nomas por que nadie vino a rescatarte”

y es que calambre en alberca vacía…

aguas sobre agua.

Y así nomás le dejó, 

por que sí te cuento más de la frustración bajo el agua,

la presión en los oídos,

el frío al salir de la piscina,

o más de la soledad…

la neta si esta cabrón…

Se dice por ahí que el suicida ve cielo sobre cielo…

y nadar  y mirar debajo del agua hacia arriba…

eso y el suicidio es lo mismo.

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