Caminaba por las calles de la ciudad. Sin rumbo y sin sentido. A cualquier hora. Fui un caminante más. Identificaba a otros como yo, de los míos, pensaba, mirándonos reticentemente y sabiendo que no éramos nuestros ni de nadie, solo de ella; La Ciudad,que por querer conocerla y absorberla: terminamos siendo absorbidos; anónimos.
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