Es gracioso como se siente que el cerebro comienza a secarse y que las ideas comienzan a borrarse lentamente para dejar un espacio vació que sera ocupado por la rutina. El fastidio, la revolución, desigualdad y todos los otros conceptos creados por el hombre y ya desgastados de tanto uso, inclusive lo que llaman amor.
Y aun más, si se recuerda lo tan presente desde la época en que a un tal Rey Salomón se le adjudicaron las palabras "todo esta dicho, no hay nada nuevo bajo el sol". Sin embargo, no puedo dejar de parafrasear a Baudrillard cuando sentencia que todos estamos clonados.
La vida es vida, sólo ella se perpetua.
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