Habitualmente las noches transcurren como una pérdida de tiempo. No hable de que me la pase dormido, pero lo mismo da, el resto del día estoy somnoliento. Entre semana, he habituado a dormir dos o tres horas, sobre todo entre lunes y miércoles. La vida se hace muy larga de esta forma. Habitando espacios como si fuera un zombi. Medio despierto, medio dormido y en parte muerto. Caminando bajo el sol o con lentes oscuros y unas tremendas ganas de no entablar conversación alguna. Simplemente estar. Es estar frente a la soledad. Algo cansado, algo drogado.
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